jueves, 10 de mayo de 2012






¿En qué puede beneficiar a Obama su

apoyo al matrimonio homosexual?

Barack Obama se convirtió el miércoles en el primer presidente estadounidense en expresar públicamente su respaldo al matrimonio homosexual. El anuncio suscita algunos interrogantes. ¿Influirá el anuncio en la percepción de la opinión pública? ¿Qué riesgos supone para su campaña por la reelección? Estas cinco claves ayudan a contextualizar la decisión del presidente y dan algunas pistas sobre su posible impacto electoral.

Un país dividido
Cada vez más ciudadanos estadounidenses están a favor de legalizar el matrimonio gay. Así lo atestiguan las cifras de Gallup, que confirman el cambio que se ha obrado en las últimas dos décadas. Un 68% de los estadounidenses se oponía al matrimonio homosexual en 1996. Hoy el porcentaje ha mermado hasta el 48% y es mucho menor entre los votantes demócratas (34%) y entre los independientes (40%). Aun así, es importante subrayar que en este asunto Estados Unidos es un país dividido: apenas dos puntos separan a quienes defienden la propuesta de quienes se oponen a ella. Y ambos son grupos muy definidos. Están a favor los ateos(88%), las mujeres (56%), los jóvenes (66%), los graduados universitarios (57%) y los creyentes que no suelen ir a la iglesia (67%). El respaldo escasea, en cambio, entre los varones (42%), los protestantes (38%), las personas sin estudios (43%), los republicanos (22%) y los mayores de 55 años (40%).

Votos en contra
Los homosexuales pueden contraer matrimonio en seis estados y en Washington DC. Salvo Iowa, todos son territorios inequívocamente demócratas y situados en una de las dos costas.
El matrimonio gay siempre ha sido el fruto de un proceso legislativo o judicial. Nunca se ha aprobado en referéndum y sólo ha vencido una vez en las urnas: en un plebiscito celebrado en 2006 en Arizona, cuya decisión fue revocada en otro plebiscito dos años después. Una treintena de estados han enmendado sus constituciones para definir el matrimonio como una unión entre un hombre y una mujer. El martes los conservadores lograron una victoria nítida en Carolina del Norte y en noviembre votarán los ciudadanos de Minnesota y Maine. Quizá también los de Ohio y Nebraska. La ciudadanía ha ido cambiando su actitud hacia el matrimonio gay. Pero las cifras demuestran que es un asunto que suele salir derrotado en las urnas. Quizá porque moviliza menos a sus defensores que a sus adversarios. Sobre todo en los estados de la América profunda.

Ojo con los estados decisivos
El asunto plantea un problema estratégico para el presidente: todos los estados que serán decisivos en noviembre menos Pensilvania han aprobado enmiendas prohibiendo el matrimonio homosexual. Así lo hicieron Nevada, Arizona, Ohio, Florida, Colorado, Nevada, Michigan y Virginia. Y el martes lo hizo también Carolina del Norte: un estado donde Obama se impuso por la mínima en 2008 y donde celebrará en agosto su convención. Las elecciones aquí se deciden en un puñado de estados y no son lugares donde el matrimonio gay tenga el respaldo de la población. La mayoría son territorios rurales o industriales situados en el Medio Oeste donde el paro y la economía son los únicos asuntos en la agenda electoral.

La energía de los jóvenes
El anuncio del presidente podría ser un señuelo para los jóvenes, cuyo respaldo fue decisivo en 2008 y entre quienes se percibe esta vez cierta decepción. Al entorno de Obama le está costando que los universitarios se registren para votar en las elecciones de noviembre y no logra recobrar la ilusión en unos campus donde ha prendido la indignación de las protestas de 'Occupy Wall Street'. El anuncio podría ser también una baza para mejorar las maltrechas arcas de la campaña del presidente potenciando las donaciones entre los homosexuales: un sector con un formidable poder adquisitivo que podría aportar dinero para su reelección.

Es la economía
Los expertos coinciden en que sólo un asunto importa en estas elecciones y no es el matrimonio homosexual. La campaña girará en torno al estado de la economía y a una tasa de paro que sigue por encima del 8% y no termina de bajar. Algunos analistas creen que el anuncio del miércoles podría ayudar al republicano Mitt Romney a atraer a las urnas a los votantes evangélicos, que no se fían de su condición de mormón. Pero la impresión general es que esos votantes habrían votado por Romney de todas formas porque la figura de Obama tiene un efecto polarizador. Hay quien advierte que el anuncio podría dañar el respaldo del presidente entre los hispanos, pero a los hispanos les preocupan más problemas cotidianos como el desempleo o la inmigración. También hay quien dice que el asunto podría arrebatarle a Obama algunos votos católicos. Pero las cifras de Gallup sugieren que el 51% de los católicos están a favor del respaldo al matrimonio homosexual: un porcentaje muy similar al del resto de la ciudadanía que confirma el carácter progresista de los católicos estadounidenses.