SERRAT Y SABINA, DOS COMUNISTAS MILLONARIOS
Debido a mi profesión siempre estuve viajando de aquí para allá, a finales de 1980, me encontraba en Rio de Janeiro y me llevaron a cenar a un restaurante de una señora asturiana, donde se cocinaban unos asados de carne deliciosos. Al terminar la cena, la señora asturiana, dueña del local, vino a nuestra mesa a saludarnos y de paso para preguntarnos por su Asturias del alma. Le pregunté por qué no había vuelto a España, me contestó que se fue después de la guerra civil en 1936, cuando empezó la dictadura, le respondí que en España gozábamos de una sólida democracia, y muy apenada me contestó: “sí, pero todavía quedan los españoles”.Poco a poco voy entendiendo lo que me dijo, ahora gracias a Serrat y Sabina que andan por Chile, Argentina y resto del Continente en giras artísticas, ya lo entiendo un poco más. Ellos han manifestado que “las expropiaciones de empresas multinacionales españolas no les afecta a ellos para nada”. Han dicho también, que España va de “culo”. No es nada extraño que España esté por los lugares que ellos tan bien conocen pues la experiencia de Serrat cuando no podía regresar a España (con el grupo Agua Viva ejercían de comunistas antifranquistas en Francia y Suramérica) y de Sabina sabemos perfectamente su gusto por la coca y sus mariconadas en bares americanos de Madrid, alternando en fiestas privadas con sostenes y bragas, visitando borracho los juzgados y comisarías mientras se dedicaban ambos de izquierdas, a amasar millones y millones en base a ese deleznable comportamiento, igual que los comunistas Javier Barden, Ana Belén, Víctor Manuel, Miguel Ríos, y otros especímenes por el estilo, pero todos, eso si, millonarios.
